¿Tu trabajo actual es demasiado? O, por el contrario, ¿no es suficiente? Hay muchas razones por las que quieres dejar tu trabajo. También hay muchas formas de hacerlo. Asegúrate de elegir la correcta. Esta guía te enseñará cómo decirle a tu jefe que renuncias de la forma correcta.
Puede que estés pensando en salir bailando por la puerta o en preparar una tarta de dimisión. Sin embargo, salir a lo grande rara vez sale bien.
No tiene sentido quemar puentes. ¿Qué te parece, en cambio, marcharte con elegancia? Al fin y al cabo, todo el mundo quiere que este proceso sea lo menos doloroso y suave posible.
Si lo dejas de la forma correcta, tienes muchas posibilidades de acabar con una red sólida que te apoyará en el futuro. Y eso es lo que quieres, al fin y al cabo.
Cómo decirle a tu jefe que renuncias
Veamos rápidamente los pasos necesarios.
1. Prepara la escena
Hazlo en una reunión en persona y asegúrate de que no haya distracciones.
2. Expresa gratitud
Céntrate en lo positivo y deja una buena impresión final.
3. Recuerda las razones por las que te vas
Si de repente el miedo te hace estar menos seguro de tu decisión, recuérdate con calma las razones concretas de tu marcha.
4. No reveles demasiado
No compartas demasiado ni hables en detalle de tu futuro trabajo.
5. Evita quemar puentes y desahogarte
Quieres conservar tus valiosos contactos para el futuro.
6. Demuestra que estás dispuesto a ayudar en la transición
Busca un nuevo candidato u ofrece a la empresa que ayudarás en la formación de la persona que te sustituya.
7. Determina la fecha de tu último día
Hazlo de forma clara y transparente para evitar cualquier confusión.
8. No incumplas ningún acuerdo de confidencialidad ni de no competencia
Mantente alejado de problemas legales comprobando dos veces tu contrato y respetándolo, incluso después de renunciar.
9. Prepárate para cualquier situación
Puede que te vayas enseguida, dentro de un mes, o incluso que decidas quedarte: nunca se sabe y lo mejor es estar preparado para cualquiera de estos escenarios.
10. Prepara tu documentación oficial
Nunca olvides entregar un documento oficial de preaviso.
Ahora que sabes lo que se necesita, ¡vamos a hablar de cada paso con más detalle!
1. Prepara la escena
Una vez tomes la decisión de decirle a tu jefe que vas a dimitir, el primer paso que debes dar es concertar una reunión.
Cuando lo hagas, debes asegurarte de que
- das la noticia en persona
- no hables con tu jefe en un momento inoportuno
- quieres hablar de tú a tú y sin distracciones
- en cuanto a la reunión, tienes mucho control sobre la situación: eres tú quien debe dirigir la conversación, no tu jefe
Además, recuérdate que renunciar es una parte natural del mundo laboral. No eres la primera ni la última persona que ha dimitido. Y por muy insustituible que creas que eres, seguro que tu jefe encuentra pronto un sustituto.
Tener en cuenta estas cosas te ayudará a crear cierta distancia entre tú y tu trabajo, lo que hará que la conversación sea un poco más fácil.
2. Expresa gratitud
Aunque estés realmente enfadado e infeliz, siempre hay algo bueno que puedes decir sobre tu trabajo.
Piensa en las cosas por las que estás agradecido. Puede que no sean muchas, pero cada una de ellas cuenta. Recuerda siempre mantener una actitud positiva y salpicar la conversación con expresiones de gratitud.
Si no se te ocurre nada concreto, siempre puedes apoyarte en las frases generales:
- Empieza expresando tu gratitud por la oportunidad de aprender nuevas habilidades y crecer en tu puesto actual.
- Di lo agradecido que estás por la inspiración y el apoyo que has recibido de tu jefe (aunque no sea cierto).
- Agradece la oportunidad de trabajar con tus compañeros. Asegúrate de dar crédito a los miembros concretos de tu equipo con los que has disfrutado trabajando.
3. Recuerda las razones por las que te vas
Ahora que has llenado tu conversación de agradecimiento, es el momento de cambiar el tono y decir que necesitas seguir adelante.
Cuando ya te hayas decidido, deja de pensar en todas las razones para quedarte. Antes de entrar en el despacho del jefe, recuérdate a ti mismo tu motivación para buscar un nuevo trabajo en primer lugar.
¿Qué te impulsó a dar el paso? ¿Fue un puesto de mayor nivel, un trabajo más significativo, un desplazamiento más corto, un salario más alto o una mejor conciliación de la vida laboral y familiar?
Deja claro que tu renuncia es el resultado de tus sueños y aspiraciones. Naturalmente, querrás que tu jefe vea que renuncias para perseguir tus objetivos en lugar de huir por frustración.
Independientemente de la motivación que hayas tenido para hacer un cambio, te vas a sentir muy bien una vez acabada la conversación. Mantener la motivación positiva en tu mente te ayudará a mantenerte tranquilo y positivo en lugar de perder el control.
4. No reveles demasiado
Hay un consejo para hablar de tus perspectivas de futuro: sé sincero, pero breve.
Tu jefe no tiene derecho a saber dónde o por qué te vas. No hay motivo para filtrar detalles sobre las increíbles ventajas de tu nueva empresa o cuánto más ganarás.
Sea cual sea el rumbo que tome la conversación, es muy importante que no te sientas culpable por marcharte, ni sientas que tienes que dar demasiadas explicaciones. De este modo, no te sentirás presionado para revelar todo sobre tu próximo movimiento.
También puedes hablar en términos generales y aludir a tu nuevo trabajo de forma general.
Formas generales de aludir a tu nuevo trabajo
- "Tengo varias opciones posibles, y me voy a tomar unas semanas para recargar pilas antes de tomar la decisión definitiva".
- "Todavía no puedo hacerlo público, pero se trata de un puesto directivo en una startup en la que seré responsable de crear campañas en las redes sociales".
5. Evita quemar puentes y desahogarte
Aunque te hayas quejado de mil cosas distintas mientras trabajabas en tu empresa, ahora tienes que dejarlas atrás.
Guárdate para ti cualquier sentimiento negativo. Construir puentes lleva tiempo, pero puedes quemarlos en un abrir y cerrar de ojos. No destruyas tus conexiones y amistades valiosas. Sería lo más estúpido que podrías hacer al dejar de fumar.
Recuérdalo y recuérdatelo a ti mismo:
- Nadie te ha despedido. Fue tu decisión marcharte en busca de una oportunidad mejor. Así que aunque sea tu jefe la razón por la que te vas, no lo conviertas en algo personal.
- Mantén la compostura y controla tus emociones. Esto te ayudará a recordar tu último día como el día de los apretones de manos firmes y quizá incluso de algunos abrazos.
- Cuanto más profesional resulte tu despedida, más fácil te resultará conseguir más adelante una referencia decente de tu antiguo jefe.
- Al igual que en la primera entrevista, la última conversación con tu jefe debe dejarle una buena impresión y no recuerdos embarazosos. Nunca se sabe cuándo vuestros caminos volverán a cruzarse, sobre todo si pretendes permanecer en el mismo sector o ciudad.
Por último, si realmente crees que tu jefe está abierto a las críticas y te gustaría hacerle algún comentario, hazlo cara a cara y de forma constructiva. Pero si quieres ir sobre seguro, en lugar de sacar a relucir cualquier motivo negativo, céntrate en los aspectos positivos de tu nuevo puesto.
Ejemplo de avance profesional positivo
"Trabajar de forma más independiente y supervisar a otros es el siguiente paso lógico en mi avance profesional".
6. Demuestra que estás dispuesto a ayudar en la transición
No nos cansaremos de repetirlo: lo mejor es dimitir de forma que garantices una transición fluida y minimices los trastornos para tu empleador.
Aun así, puedes dejar involuntariamente a la empresa en una situación desesperada y el negocio de tu empleador puede sufrir debido a un vacío de conocimientos y experiencia.
Sin embargo, hay cosas que puedes hacer para aliviar esta situación. Siempre puedes
- preparar una documentación clara de tu trabajo
- completar tus proyectos en curso
- decirle a tu jefe que estarás atento a posibles candidatos.
Es probable que la empresa necesite tu orientación y experiencia para formar a tu sucesor. También es posible que tu jefe te pregunte si puede ponerse en contacto contigo en el futuro para plantearle dudas.
Si resulta que te vas en términos amistosos, considera la posibilidad de estar disponible en las próximas semanas o meses.
Por otra parte, debes establecer algunos límites por adelantado. Así te ahorrarás que te bombardeen continuamente con interminables llamadas telefónicas y correos electrónicos mientras intentas pasar a lo siguiente.
7. Determina la fecha de tu último día
El plazo tradicional de preaviso en EE.UU. es de 2 semanas. Sin embargo, asegúrate siempre de comprobarlo en tu contrato.
Aquí, el plazo de preaviso debe estar siempre definido y la duración del plazo de dimisión depende de varios factores, como por ejemplo
- el tipo de contrato
- tu puesto
- los proyectos actuales de los que eres responsable
- el país en el que residas
También puede darse la situación de que tengas que marcharte antes de que finalice tu plazo de preaviso. Si eso ocurre, intenta preguntar educadamente a tu jefe si hay alguna forma de que puedas terminar antes.
En definitiva, tu jefe y tú debéis acordar una fecha oficial de cese que será tu último día de trabajo. Cualquier indemnización o prestación devengada se calculará a partir de esa fecha.
8. No incumplas los acuerdos de confidencialidad y de no competencia
No nos cansaremos de repetirlo: en caso de cese, examina siempre detenidamente tu contrato. Es posible que contenga un acuerdo de confidencialidad (no divulgación ) con tu empleador.
El documento sirve para proteger cualquier tipo de información que el empresario considere valiosa.
Y la violación de sus términos al compartir información confidencial y privada de tu empleador podría meterte fácilmente en problemas legales.
Por último, pero no por ello menos importante, asegúrate de que no estás obligado por un acuerdo de no competencia que podría impedirte liberarte de tu actual empleador y montar tu propio negocio.
Sin embargo, si ese es el caso, revisa cuidadosamente los términos y condiciones y consulta a un abogado para determinar tus próximos pasos.
9. Prepárate para cualquier situación
Después de decir lo que piensas, toca esperar la respuesta de tu jefe. Sin embargo, puede reaccionar de un millón de maneras distintas.
Puede pedirte que te vayas inmediatamente, que te quedes un poco más de lo que esperabas, o hacerte reconsiderar tu decisión ofreciéndote un considerable aumento de sueldo.
La mejor manera de afrontar esta incertidumbre es prepararse para todas las posibilidades. Considera los siguientes resultados:
- Escenario "Me voy ahora". Lo más probable es que tu jefe te pida que empaquetes tus cosas inmediatamente y te corte el acceso electrónico a cualquier documento con el que hayas trabajado. Prepárate también para despedirte del equipo de tu empresa y entregar cosas como el coche, el teléfono, el portátil, el localizador o la tableta de la empresa inmediatamente después de expresar tus intenciones.
- Escenario de "quedarse más tiempo". Aunque ya estés pensando en tu próximo trabajo, aún puede ser factible que te quedes un par de semanas más de lo que pretendías en un principio. Sé inteligente y considera la posibilidad de pedir a tu empleador una referencia positiva o una carta de recomendación a cambio.
- Escenario de "no renunciar". ¿Qué hacer cuando tu jefe quiere que te quedes? Si aún estás indeciso, pide algo de tiempo para poder consultarlo con la almohada. Sé racional y sopesa todos los pros y los contras. Si tiene sentido que te quedes, hazlo. Pero ten en cuenta que, aunque decidas quedarte, es muy probable que tu intento de dimitir afecte a tu relación con tu jefe en el futuro. Tampoco debes olvidar rechazar la nueva oferta de forma educada.
10. Prepara tu documentación oficial
Por motivos legales, es importante que informes a tu jefe de tu dimisión no sólo verbalmente, sino también por escrito.
Por eso, ten preparada una carta de dimisión el mismo día en que anuncies que renuncias. Esto ayudará a evitar cualquier tipo de lío legal futuro.
Asegúrate de tenerla tanto en versión electrónica como impresa y de haber firmado el documento.
Así podrás relajarte sabiendo que lo has hecho todo correctamente y que tu jefe no puede mentir sobre el día de tu dimisión.
No tengas miedo de decirle a tu jefe que dimites
Sé que hablar con tu jefe puede resultar bastante difícil, sobre todo cuando se trata de dimitir. Pero créeme: una vez hecho, sentirás una enorme oleada de alivio y felicidad.
Significará que una vez más has recuperado el control sobre tu carrera y has decidido labrar tu propio camino. Y eso es lo que la gente llama libertad, ¡supongo!
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¡Buena suerte en tu nuevo viaje!
Este artículo se ha actualizado recientemente. El artículo original fue escrito por Jakub Kapral en 2018.